Hoy fue un gran día: hicimos buceo y visitamos la isla Mnemba. Hermoso lugar y experiencia inigualable bajo el agua y en compañía de gente muy buena onda. La excursión duró todo el día y la escuela de buceo desde donde sale el barco está en Nungwi, al norte de la isla de Zanzíbar.
Nuestro instructor Juma era Keniata y nos explicó todo desde bien temprano en la mañana. Nos acompañaban en el barco Eva y José Luis («cachondo» para los locales), dos instructores españoles que también trabajaban en la escuela. Después de varios días, pudimos volver a hablar perfecto español con ellos.
Salimos bien temprano en la mañana con una embarcación tradicional hacia Mnemba, una isla privada a la que no le podríamos poner un pie encima (el buceo se realiza en las cercanías de la misma). Cerca de hora y media nos llevó llegar hasta el lugar, con momentos en donde el barco se movía… y mucho.
Una vez que llegamos a las cercanías de la isla comenzó la aventura. Equipo colocado y de espaldas al agua. Un mundo submarino desconocido e increíblemente diverso se apareció ante nuestros ojos. Grandes bancos de peces, corales y hasta una tortuga acuática tuvimos la suerte de ver.
El día se completó con comidas típicas de África dentro del barco y con la buena onda de toda la tripulación local, que no paraban de hablar entre ellos en su idioma (el swahili) cargando a «Cachondo» por cada cosa que hacía. No había dudas que pronunciar esa palabra les encantaba, a cada rato lo nombraban: «Eyy.. Cachondo!».
No quedan dudas que el mundo en el que vivimos no se termina en la superficie: hay toda una vida por descubrir debajo del agua. Después de esta experiencia realicé el curso de buceo y ya tengo el carnet de PADI. ¡Así que esto fue solo el comienzo!
La escuela de buceo con la que realizamos la excursión se llama «Divine Diving» y está junto a otras tantas escuelas sobre la playa de Nungwi. Claramente después de todo lo que les conté, la super recomiendo.