Llegó el día en el que finalmente conocería las famosas pirámides de Egipto. Cerca de las 7.30 de la mañana nos pasaron a buscar y emprendimos el viaje para la provincia de Giza, donde se encuentran ubicadas las pirámides. Nuevamente este viaje nos sirvió para re-afirmar que El Cairo es una ciudad gigante, con mucha población y con un tráfico de locos.
Apenas uno comienza a alejarse del centro del Cairo ya puede comenzar a ver a las pirámides. Este tema fue para mí muy decepcionante, ya que no me imaginaba que la ciudad estuviera tan cerca de las mismas. Uno siempre se imagina las pirámides en medio de un desierto o en una zona protegida, y no es este el caso: la ciudad ya llegó casi hasta la base de las pirámides.
Entramos al complejo donde se encuentran las mismas y tras la explicación de nuestro guía recorrimos en primer lugar, la Gran Pirámide. La misma es la pirámide del faraón Keops, donde nos sacamos gran cantidad de fotos. Luego continuamos el recorrido visitando la pirámide más chica de las 3 principales. Allí ingresamos al interior para conocer la cámara funeraria y el lugar donde se depositaba el sarcófago. En ningún lugar del interior de la pirámide uno va a encontrar elementos o partes antiguas. Todas las pirámides fueron saqueadas y los elementos que se encontraron fueron trasladados al Museo del Cairo. La experiencia de todas formas es muy buena, la energía que uno siente y experimenta es de lo mejor. Uno se traslada en el tiempo e imagina todo lo que podía pasar allí adentro en épocas antiguas.
Luego fuimos a un sector alto en donde puede obtenerse una vista panorámica de las tres pirámides. Lejos, la mejor vista del complejo.
Algo que uno no puede dejar pasar por alto es que en todo momento hay vendedores y comerciantes que quieren sacarte algo de dinero. Los vendedores son capaces de decirte que lo que te están ofreciendo es gratis, que es un regalo. Si uno llega a agarrarlo, inmediatamente después quieren que les des algo de dinero y te la hacen difícil para devolverle el producto. También están quienes andan en camello, en este caso se te paran adelante, te ofrecen sacarles una foto y luego te piden una propina por ello. Toda esta situación es muy molesta y agobiante ya que no te dejan caminar tranquilo. Nos dijo nuestro guía que todos los comerciantes están muy poco respetuosos y por demás insistentes debido a que hay muy poco turismo hoy en día en Egipto. La verdad que no sé cuál es el motivo, pero es una situación enervante y que le sacan las ganas a uno de estar de buen humor.
Finalmente, visitamos la parte baja del complejo, donde se encuentra la Gran Esfinge y los templos funerarios de cada faraón. Lamentablemente, la Gran Esfinge se encuentra un poco deteriorada debido a la erosión y el paso del tiempo. La escultura está tallada en roca caliza, un material muy blando, y es por ello que no se logra mantener en el tiempo en buen estado de conservación. Nuestra visita a las pirámides de los faraones finalizaba en este punto del recorrido.
De regreso a nuestro hotel, paramos a comer y visitamos una fábrica de papiros. Allí nos explicaron todo el procedimiento que realizaban los egipcios para obtener de una planta, el papel que utilizaban. La verdad es que fue algo que no esperábamos y nos pareció muy interesante la explicación. La mujer que nos explicó fue muy amable y hablaba perfecto español. No así el guía que nos tocó a lo largo del día. Una persona de pocas palabras y que se notaba que le costaba hablar nuestra lengua.
Algo que me sorprendió mucho fue la poca organización que existe para la conservación de las pirámides. No hay seguridad ni infraestructura que controle lo que realizan los visitantes. Uno podría subirse a los bloques de las pirámides sin que nadie le diga nada. Por ejemplo, llegamos a ver a un vendedor clavando una especie de fierro entre la unión de dos bloques de las pirámides para colgar sus mercaderías. Esto llama la atención siendo que estamos ante la presencia de tantos años de historia. Sin embargo, a pesar de verme sorprendido por ello, fue un día que nunca olvidaré en la vida. Fue el día en que conocí la única maravilla de la antigüedad que aún sigue en pie.
Tengo pensado ir el año que viene a Egipto y me parece muy importante lo que estás comentando. Es increíble que estos increíbles monumentos de civilizaciones antiguas estén tan deteriorados. Una verdadera pena.
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